La Navidad siempre ha sido ese punto de encuentro donde las risas y el eco de las voces familiares llenaban cada rincón. Recuerdo cómo, año tras año, nos reuníamos junto al árbol, bajo la luz temblorosa de las decoraciones, esperando no solo los regalos, sino esos instantes que parecían congelarse en el tiempo.
Las fotos de Navidad que tomó Antonio Siles Fotógrafo son como pequeñas cápsulas de nuestra historia, retratos de una infancia en la que todo era simple y cada sonrisa era real. Al verlas ahora, uno no puede evitar volver a esos días en que estar juntas lo era todo. Cada imagen tiene algo de eso: la mezcla de risas compartidas, las bromas entre primos, esos abrazos que parecían durar un poco más de lo habitual, como si inconscientemente supiéramos que algún día los echaríamos de menos.
Con el paso de los años, la nostalgia hace su trabajo. Mirar esas fotos no es solo ver quiénes éramos, sino recordar el lazo invisible que siempre nos ha unido. Cada fotografía es una historia que, aunque ya contada, sigue viva. Y esa es la verdadera esencia de la Navidad: volver a lo que nos hace sentir en casa, al lado de quienes siempre han estado.
Este año, al repasar esas fotos, siento la mezcla de lo viejo y lo nuevo. Aunque el tiempo siga su marcha y muchas cosas cambien, las memorias que Antonio Siles capturó con su cámara siguen aquí, intactas. Por eso brindamos, por lo vivido y por lo que aún queda por construir juntos.